Golpe de Calor: Cómo Detectarlo a Tiempo y Actuar Correctamente
Con la llegada del verano y el aumento de las temperaturas, también se incrementa el riesgo de sufrir un golpe de calor, una condición potencialmente grave que puede afectar a cualquier persona, especialmente a deportistas, personas mayores, niños o quienes trabajan o se ejercitan al aire libre. En esta entrada de blog, te explicamos en detalle qué es el golpe de calor, cuáles son sus síntomas más comunes, cómo actuar si se presenta y, sobre todo, cómo prevenirlo de forma efectiva para disfrutar del verano con seguridad.
¿Qué es un golpe de calor?
El golpe de calor, también conocido como hipertermia, se produce cuando el cuerpo no puede regular su temperatura interna y esta supera los 40 °C. A diferencia de la fiebre, que es una respuesta del cuerpo ante una infección, en el golpe de calor la temperatura aumenta por factores externos como el calor ambiental excesivo, la humedad alta, la deshidratación o el esfuerzo físico intenso sin una adecuada hidratación y descanso.
Cuando este mecanismo falla, el cuerpo se sobrecalienta y pueden verse afectadas funciones vitales del sistema nervioso, cardiovascular, renal e incluso respiratorio. Es una urgencia médica que puede tener consecuencias muy graves si no se trata a tiempo.
Síntomas del golpe de calor
Reconocer los síntomas de un golpe de calor es clave para poder actuar rápidamente. Estos pueden aparecer de forma gradual o repentina, y varían en intensidad. Los principales signos de alarma incluyen:
1. Temperatura corporal elevada
El signo más característico es una temperatura corporal superior a los 40 °C. A menudo, la persona no suda a pesar del calor, lo que indica que el sistema de termorregulación está fallando.
2. Piel caliente, enrojecida y seca
A diferencia de otros cuadros donde se produce sudoración excesiva, en el golpe de calor la piel suele estar seca al tacto. También puede verse enrojecida y caliente debido a la dilatación de los vasos sanguíneos.
3. Dolor de cabeza y mareos
El calor excesivo puede provocar cefaleas intensas, sensación de presión en la cabeza y vértigos. Estos síntomas suelen acompañarse de visión borrosa o sensación de inestabilidad.
4. Confusión, desorientación o pérdida de conciencia
Cuando el sistema nervioso se ve comprometido, la persona puede empezar a hablar incoherencias, tener dificultades para pensar con claridad, no reconocer dónde está o incluso desmayarse.
5. Náuseas y vómitos
El golpe de calor puede afectar el sistema digestivo, provocando náuseas persistentes, vómitos y malestar abdominal generalizado.
6. Pulso acelerado y respiración rápida
El cuerpo intenta compensar el exceso de calor con una mayor frecuencia cardiaca y respiratoria. Esto también puede llevar a sensación de agitación o ansiedad.
7. Calambres musculares o debilidad
El desequilibrio electrolítico por pérdida de sodio, potasio y líquidos puede provocar espasmos musculares dolorosos, sobre todo en piernas, brazos o abdomen.
8. Convulsiones
En los casos más severos, el golpe de calor puede desencadenar crisis convulsivas, debido a la afectación directa del cerebro por la alta temperatura.
¿Quiénes tienen mayor riesgo?
Aunque cualquiera puede sufrir un golpe de calor, ciertos grupos de personas son más vulnerables:
- Deportistas o trabajadores al aire libre: especialmente si entrenan o trabajan durante las horas de más calor sin la hidratación adecuada.
- Personas mayores: su capacidad para regular la temperatura corporal es menor, y muchas veces tienen enfermedades crónicas que aumentan el riesgo.
- Niños pequeños y lactantes: aún no tienen bien desarrollado el sistema de termorregulación.
- Personas con enfermedades cardiovasculares, renales o metabólicas.
- Individuos con fiebre, deshidratación o en tratamiento con ciertos medicamentos (diuréticos, antihipertensivos, etc.).
Cómo actuar ante un golpe de calor
Si crees que tú o alguien a tu alrededor está sufriendo un golpe de calor, actúa de inmediato:
- Llama a los servicios de emergencia (112 en España).
- Lleva a la persona a un lugar fresco y a la sombra.
- Desviste al afectado o afloja la ropa.
- Aplica paños húmedos fríos en cuello, axilas e ingles, o abanica para reducir la temperatura corporal.
- Si está consciente, dale pequeños sorbos de agua fresca o una bebida con electrolitos.
- No le des bebidas muy frías, ni con cafeína o alcohol.
- Si está inconsciente, colócala en posición lateral de seguridad hasta que lleguen los servicios sanitarios.
Cómo prevenir el golpe de calor
La mejor manera de evitar un golpe de calor es adoptar hábitos preventivos, especialmente durante los meses de calor intenso:
1. Hidratación constante
Bebe agua con frecuencia, incluso si no sientes sed. Durante actividades físicas, considera bebidas con electrolitos para reponer sales minerales perdidas por el sudor.
2. Evita la actividad física en horas de máximo calor
Entre las 12:00 y las 17:00 horas, las temperaturas son más altas. Si entrenas o trabajas al aire libre, hazlo por la mañana temprano o al atardecer.
3. Viste ropa ligera y transpirable
Utiliza tejidos claros y holgados que permitan la evaporación del sudor y protejan del sol. No olvides un gorro o visera.
4. Busca la sombra y lugares ventilados
Evita exponerte al sol directo por tiempo prolongado. Usa protector solar para evitar quemaduras, que también pueden afectar la termorregulación.
5. Adapta tu alimentación
Come de forma ligera, evita comidas copiosas y grasas. Las frutas ricas en agua como la sandía, el melón o la piña son excelentes opciones.
6. Aclimata tu cuerpo
Si vas a realizar deporte o esfuerzo físico en un clima muy caluroso, hazlo de forma progresiva para que tu cuerpo se adapte al entorno.
7. Escucha a tu cuerpo
Si sientes debilidad, mareo o fatiga inusual durante el calor, para inmediatamente, busca un lugar fresco e hidrátate.
8. Usa ventiladores, aire acondicionado o duchas frías
Mantén tu hogar fresco y ventílalo por la noche. En días especialmente calurosos, báñate con agua fresca varias veces al día si es necesario.
El golpe de calor es una amenaza real que no debe subestimarse. Puede afectar a cualquier persona, pero se puede prevenir adoptando simples medidas de cuidado e hidratación. Presta atención a los síntomas de advertencia, evita el sol en las horas más peligrosas y mantente bien hidratado. Disfrutar del verano y mantenerse activo es totalmente posible si tomas las precauciones adecuadas. Tu salud y tu seguridad deben ser siempre la prioridad.